Hablar de Picos de Europa, es hablar de su clima húmedo, de sus valles de piedra caliza, de su inverosímil geografía, de sus bosques, de sus lagos de origen glaciar, de sus gentes nobles y su sabiduría ancestral: un territorio tan fértil y como desafiante.
Es aquí, muy cerca del cielo, donde nacen nuestros quesos, que, respetando el valor de las milenarias elaboraciones queseras de Onís, se preparan con la mejor materia prima. Es ese “cielo de Asturias”, que con su lluvia alimenta los pastos y también nuestros rebaños, del que obtenemos la mejor leche, esencia de nuestro producto.
Y en este horizonte de altura, el manejo en libertad de los rebaños, como se ha hecho siempre y con el máximo respeto a su bienestar, protege además de forma natural nuestra natural biodiversidad.